‘…el Estado no produce riqueza…” A. Smith (1789) “Riqueza de las Naciones…”…pero contiene la fuerza bruta de violencia para expropiar y destruir la riqueza…solo el individuo como ente privado como emprendimiento de su propiedad produce la riqueza, este es un bien con valor intrínseco, y socialmente aceptado a través de un mecanismo de arbitraje, el mercado. …..Venezuela 1975 – 2020.
- Primer Video. Introducción. En este video hacemos una presentación de los componentes de toda la presentación total, discutimos las consideraciones en término de energía y economía y esbozamos el desarrollo de un análisis de costo beneficio a lo largo de la presentación hasta el final. frente a lo que ha sido tradicional en la discusión tanto en la opinión pública como académica, según la cual la visión del petróleo y el país, con un Estado dueño y productor, un PetroEstado como algo normal y dentro de un enfoque de ingeniería social, fenómeno metodológico que impedía e impidió reconocer que la crisis del negocio petrolero venezolano es un proceso de largo plazo y una circunstancia coyuntural. Nuestro objetivo ha sido discutir que de acuerdo a la evidencia empírica de unos 60 años, que tomar un camino de crecimiento económico contando con el petróleo como propiedad del Estado es un autoengaño, así como tampoco como considerar al petroleo como eje del desarrollo como por décadas lo presentó e implementó bajo la caja negra de la ingeniería social https://youtu.be/PNctKdc43hM
- Segundo video. Cambios constitucionales y legales. (1975, 1999 y 2005-2007-2009) y su impacto en el negocio petrolero, comienzo y fin del PetroEstado, la caja negra de un experimento de ingeniería social https://youtu.be/EeMKHrzGnm0
- Tercer video. La economía y las reglas de juego del negocio petrolero, cuenta con dos periodos conectados por la historia de los hechos, tiene desde 1999 el peso del monopolio estatal y su impacto en la economía, un compuesto económico e institucional que ha llevado al “negocio petrolero” al colapso y a la pérdida de competitividad en el mercado petrolero internacional. https://youtu.be/e_wpWCe2JpU
- Cuarto video. Las reglas de juego del negocio petrolero, la economía, ganancias y pérdidas, o mejor dicho renta fiscal o colapso: renta o beneficios, estatal o privado y el impacto que la propia industria recibió bajo el esquema de maximización de la renta del petróleo, toda la Rentas es del Rey, nos trajo en dos décadas a un final que al parecer por lo ocurrido desde la Revolución de Octubre -alianza cívica militar entre Betancourt y Perez Jimenez- teníamos guardado en la historia del PetroEstado. https://youtu.be/5wXMQsjZab0
- Quinto video. El caso de las nacionalizaciones y la debilidad de los derechos de propiedad en los modelos de asociación, llamado Empresas Mixtas, una organización de un negocio entre socios particularmente diseñada para asociar al Estado venezolano via PDVSA con otras empresas petroleras en propiedad Estatal, y algunos socios privados, seleccionados al ritmo de rent-seekers. https://youtu.be/8CKCPdCTEo4
- Sexto video. El colapso industrial y económico de PDVSA proviene de tres esquemas políticos y económicos generados en mayor parte en decisiones de ingeniería social dirigidos a desviar el ingreso petrolero hacia otras actividades económicas, al costo de la descapitalización de la industria petrolera, a lo cual se agrega la fuerte presión del gasto público, el enorme crecimiento del Estado, del Gobierno, el dueño del recurso y el commodity https://youtu.be/8CKCPdCTEo4
- Séptimo video. Colapso financiero, endeudamiento más allá de los límites del Estado, desinversión, presión fiscal y un negocio dirigido para delinquir y el default, la pérdida del mercado internacional de capitales, y un recurso en el subsuelo sin mercado por un periodo de tiempo que el mismo tiempo se encargará de extender. La privatización, podría ser el remedio, pero en ese escenario el Estado no tendría renta petrolera, y su tamaño tendrá que reducirse, privatizando todas las actividades económicas del Estado. https://youtu.be/3sIpnJAjGYI
- Octavo video. Consideraciones fiscales y financieras del petróleo, “constitucionalizado” y la agenda del PetroEstado en sus dos versiones, una light y otra hard, ambas como base de un sistema económico calculado y concebido en lo que ha sido un experimento económico-político de ingeniería social, el modelo de organización y análisis de un compleja industria que conecta a un recurso son valor intrínseco con un commodity con valor, sujeto a las necesidad políticas del Estado y quienes lo administran, capturado, por votos o por plomo; para los efectos, lo mismo. https://youtu.be/BPDO7mS75zk
¡El Estado y la politica se tragaron el petróleo!
La economía y el petróleo.
Por décadas, el petróleo, producción y factores de su producción , estuvieron separados del análisis económico, de la economía, el análisis económico no era “necesario”, la razón fundamental tenía que ver con un hecho, el ingreso petrolero era abundante y el país era pequeño, la sexta parte de su dimensión actual, el ingreso fiscal, regalías, impuestos y reparto del negocio eran decisiones para las cuales no se requería de un análisis económico de costo beneficio, es decir, ni desde el lado de la oferta ni la demanda, había requerimientos en costo beneficio, el ingreso cubría una buena parte del gasto público. Ese fue el razonamiento de los grupos políticos que ejercían los gobiernos de esos tiempos, la economía como ciencia y oficio no era bienvenida, la renta del petroelo alcanzaba entre el 70-80% del ingreso fiscal del Estado.
La “política” en adelante, con amplios poderes políticos, funcionaba, de acuerdo con su comportamiento en el mercado político alrededor del petroleo, dado que esa situación de superávit fiscal era duradera en el mediano plazo. Sin embargo, y aparentemente de manera sorpresivo a los tres años de fundada PDVSA, la historia del petróleo y la reducción acelerada de la renta petrolera cambió de manera radical; el Estado se estaba tragando el petróleo a una velocidad que podía medirse por el diferencial entre la caída del flujo petrolero capturado y absorbido por el Gobierno y el crecimiento del déficit fiscal constituía un esquema de política fiscal dirigido a expandir la economías del Estado.
Como los ingresos petroleros internos se estrechaban, el endeudamiento público -interno y externo- servía de sostén de un gasto fiscal recurrente, el crecimiento poblacional imponía mayor presión sobre la renta del petróleo, y, por ende, impactando negativamente en la capitalización del negocio petrolero. Las expectativas generadas por la nacionalización en relación con el ingreso fiscal petrolero no se cumplían, el ingreso neto se reducía y el fisco compensaba con endeudamiento, la traza de la renta petrolera lo llamamos para ilustrar el fenómeno económico que ocurría y que la ingeniería financiera no pudo definir, su objetivo, era maximizar el ingreso fiscal a todo costo; ¿no estaban contentos?
Ese comportamiento del flujo fiscal petrolero y sus efectos sobre las economías de la industria petrolera comienza prácticamente de inmediato a la nacionalización del negocio petrolero. La anterior era de elevado ingreso fiscal petrolero terminaría la luna de miel del gobierno y el negocio petrolero, a partir de 1976, en una ruta que explicaba que la promesa de mayor ingreso fiscal como consecuencia de la nacionalización de la industria petrolera no pareciera cumplir esas expectativas de la nacionalización. La nacionalización vino acompañada de inmediato con una caída de la producción, fenómeno que se puede observar en la gráfica (A) abajo en el texto.
El sube y baja de los precios del petrolero, bajo el esquema de reducir la inversión y abandonar la racionalidad económica dada la presión fiscal del Gobierno sobre PDVSA -la industria ahora nacionalizada y en monopolio estatal- limitaba en el largo plazo la inversión y su posición de equilibrio en el mercado reduciendo secularmente su capacidad de producción, impidiendo que en un nuevo ciclo de precios en alza no pudiera ser aprovechado desde el lado de la oferta, esta estaba secuestrada por el Gobierno.
La economía no podía resolver ese “conundrum” económico impuesto por la ingeniería social cuya planificación de la producción era -por sobre todas las cosas- el baile de la política de incrementar a todo evento el ingreso fiscal, la renta, fenómeno que no tendría mayor efecto en el corto plazo y mucho menos detener los efectos perversos en el largo plazo. El colapso de la industria actual es el ultimo de esos ciclos, y motivado políticamente ha causado daños no solo financieros y económicos, sino físicos en importantes yacimientos. Volveremos a este punto al final.
Una especie de esquizofrenia en la industria le impedía evolucionar tecnológicamente, financieramente, el mito de desarrollar la economía desde el petróleo se había convertido en proclama política, desde el gobierno los grupos de interés, partidos políticos, milicia, y otros forzaban la balanza hacia la maximización de la renta extraída del petróleo, los conflictos políticos giraban sobre este vaso medio lleno, el interés en la renta y su rápido reparto, en el presupuestos, bancos y fondos del Estado, prestamos con intereses subsidiados, perdonados con la renta del petroleo que trajo el bloqueo a Occidente por la OPEP del Medio oriente.
Desde luego que las cuotas de la OPEP impactaron la producción, sin embargo, es comprobable que antes de la nacionalización los concesionarios extranjeros producían a niveles propios de su capacidad de producción, el juego era sencillo, y sus economías eran un caos porque con la caída de la producción -por cuotas OPEP o por caída del potencial de producción, posterior a la nacionalización, el impacto sobre la renta del petróleo no era lineal, el impacto en el mediano plazo de la desinversión y caída de la producción comenzó a afectar la renta del petróleo, por caída de precios no era resuelta con mayor producción.
La nuevas reglas que se establecieron sobre la industria petrolera desde 1999 con la nueva constitución y leyes impusieron sobre de la industria un peso financiero por acumulación de una deuda que superaba su propia capacidad de producir, la cual menguaba por las razones ya expuestas en esta nota, su capacidad de satisfacer al Estado/Gobierno por mayor flujo de renta e ingreso fiscal petrolero, creando las condiciones de un colapso en el mediano plazo, fenómeno que ya era visible en los estados financieros de 2010, que en solo diez años acabaría la capacidad de pago de la industria petrolera.
Ni la opinión pública, ni grupos políticos, ni la propia intelligentzia natural de todo país, pudieron aprender lo que estaba ocurriendo con la industria petrolera Estatal, proceso que sería acompañado con el mismo mal por las empresas mixtas, donde PDVSA cesaba sus inversión para cumplir la meta fiscal de convertir al Estado en el poder económico total reduciendo al mínimo el capital privado nacional.
El nuevo ciclo, traía la caída de los precios y una -aparentemente- resuelta crisis fiscal en corto plazo, las deseconomías causadas por la contracción de la actividad económica en la industria petrolera dado que la reducción de la producción – el ciclo pasado- para subir los precios no era la manera eficiente para resolver el acertijo a través de la economía, el petróleo era del Estado y al mismo tiempo el productor, ello quiere decir que el Estado no podía evitar que la industria se descapitalizara, así como tampoco resolver el serio problema fiscal ya que el gasto público crecía a una velocidad mayor que el crecimiento global de la economía, lo cual dejaba desnudo al fisco para ese nuevo ciclo, y sus efectos negativos se inyectarían en los yacimientos y pozos forzando un comportamiento contractivo de la actividad económica dentro de la industria petrolera.
Su objetivo a corto y largo plazo era maximizar el “flujo de renta fiscal” a costa del crecimiento de la industria. Al final de dos ciclos, no solamente la crisis fiscal no sería resuelta, el endeudamiento tomaba considerable tamaño y costo por servicio de la deuda, y además la industria petrolera se descapitalizaba. La economía no podía resolver ese “conundrum” económico impuesto por la ingeniería social cuya planificación de la producción era -por sobre todas las cosas- el baile de la política de incrementar a todo evento el ingreso fiscal, la renta, fenómeno que no tendría mayor efecto en el corto plazo y mucho menos detener los efectos perversos en el largo plazo. El colapso de la industria actual es el ultimo de esos ciclos, y motivado políticamente ha causado daños no solo financieros y económicos, sino físicos en importantes yacimientos. Volveremos a este punto al final.
Ese fenómeno lo podemos observar a lo largo de todo el periodo que trascurre desde la nacionalización hasta la apertura petrolera en 1995. El problema fiscal, aunque podía ajustarse en el corto plazo, la recurrencia del gasto público y la caída de la renta del petróleo creaba de inmediato serios problemas fiscales, el default de 1983 y la devaluación del bolívar que cortó la historia económica en dos periodos, uno de ellos marcado por agotamiento y decaimiento de la producción de petróleo.
El endeudamiento hasta finales de los ochenta, y la crisis de balanza de pagos, creó la necesidad de un severo ajuste de precios para entrar en un arreglo financiero con el FMI, y salir del modo de default al cual ocurrió entre 1984 y 1989, el modelo de maximizar la renta recortando producción hinchó el gasto público, una especie de circulo vicioso, un problema fiscal y una industria que se había descapitalizado posterior a la nacionalización.
Los problemas fiscales buscaron salida en el esquema de cuotas recortando la producción, para compensar su caída con mayores precios, y estos eventualmente generarían un creciente flujo de renta petrolera. El nivel de la renta petrolera per cápita nos dirá que independiente de que los precios subieran, el gasto público lo haría con mayor velocidad, fenómeno natural data la recurrencia que muestra desde 1978 la política fiscal de expandir nominalmente el gasto, el cual sería financiado en esos años desde 1983 con el impuesto inflacionario, expresado en las declaraciones de renta de PDVSA cada trimestre donde el ajuste cambiario –recordemos que era un largo periodo de control de cambio– rendila los bolívares nominales con la cual pagaba el déficit fiscal. La ecuación fiscal petrolera aplicada por las cuotas OPEP de reducir la producción para alcanzar mayores precios había fracasado, y dejado dos crisis en el camino, el creciente y recurrente gasto público, abría una brecha fiscal insostenible y la otra en la industria petrolera que mostraba síntomas serios de descapitalización.
La ingeniería social, el modelo de análisis de la industria petrolera se mantenía ahora como un sistema de dominación y administración de la industria petrolera y el regimen fiscal creando un entorno económico que giraba sobre sí mismo, algo que la apertura petrolera intento corregir, y de hecho se logró un ingreso fiscal extraordinario con la apertura, la cual sin embargo compenso el ingreso fiscal golpeado considerablemente por la crisis financiera.
Era evidente que el PetroEstado creado en 1975 comenzaba a colapsar, ni los gobiernos ni la propia industria petrolera, pudieron romper el círculo vicioso de descapitalización y crisis fiscal, dos fenómenos propios de una política fiscal. La apertura petrolera lo estaba demostrando, pero el daño estaba hecho, el nacionalismo petrolero se había apoderado de la opinión pública y los militares mantenían limpios sus fusiles, o se tomaba el poder a la fuerza o a los votos, Rafael Caldera pagó el costo y se llevó la factura al infierno.
El diseño constitucional de 1960 fue realizado con el objetivo político de mantener el problema petrolero a la opinión pública, el control que de la política mantenía sobre el negocio petrolero era total. Esa situación se trajo hasta 1975 cuando el negocio fue estatizado o nacionalizado. Colocamos este modelo de operación desde 1943 cuando se definió la ley de hidrocarburos que definía los mecanismos mediante los cuales la renta del petróleo llegaba al fisco, regalías, impuestos y reparto con las empresas concesionarias del negocio.
A partir de 1975 en medio de un considerable ingreso en propiedad del Tesoro generado por el conflicto árabe-israelí que trajo el embargo a Occidente, pudo sostener por unos años la caída de la producción, medido en promedios interanuales de millón trescientos mil BD hasta 1983 cuando el país enfrentó su segunda crisis de balanza de pagos esta vez generado por el crecimiento exorbitante del gasto público en esos años y que afectó la producción de petróleo, fenómeno que se apareó con la caída de precios cuyo impacto negativo sobre la producción por caída de la inversión, anunciaba que el Estado dueño del petróleo y ahora dueño de la operadora, PDVSA, su última instancia iría a resolver la caja fiscal del Gobierno, más allá de los daños que se generarían en la propia industria petrolera por caída de la inversión.
El modelo aplicado por el Gobierno en medio de una seria crisis de pagos impuso sus prioridades fiscales, descapitalizando la industria nacionalizada. Acotemos que la crisis fiscal y de balanza de pagos, los déficits gemelos, trajeron el 1er default en la historia de pagos desde los tiempos de Castro en 1908. Aunque los problemas causados nunca se resolverían los gobiernos transferirían en el tiempo al futuro cercano, el esquema de ajustes a la caída de los precios del petróleo, caída de la producción y de las crisis de pagos generadas, desde PDVSA y el Gobierno los economías del negocio petrolero no se exponían sino quizás en grupos muy privados dentro del gobierno.
La revisión de los debates en el Congreso Nacional de esa época no se consiguieron mayores decisiones económicas excepto los recortes del gasto de inversión de PDVSA para poder compensar el costo fiscal y social que se produjo en el flujo de caja del gobierno por caída de precios y producción, la ingeniería social mantenía su predominio sobre el vaivén de precios y producción que por unos 20 años afectó la caída de la producción y precios que impactaron el ingreso fiscal petrolero. Las dimensiones de esos déficits eran parcialmente sostenibles sin causar mayores problemas, pero se estan dejando hacia el futuro la crisis que se estaba armando entre bastidores y con escasa participación de la opinión pública en ese problema.
Capitalizando podemos concluir en el razonamiento utilizado por el gobierno antes de la nacionalización y entre PDVSA y el gobierno para los años que posteriores a la nacionalización, en materia de decisiones en materia petrolera, lo fue el tratamiento analítico de la ingeniería social que definía la distribución del negocio lo constituía la aparentemente elevada renta generada que dejaba “buen ingreso al Estado y buenas ganancias a los concesionarios”, Venezuela era un país con tres millones de barriles diarios y un gasto público financiado con el 80% del ingreso petrolero, y una ecuación fiscal sin déficit.
la realidad economica lo expresa sin complejos, el objetivo debe ser la disminución de la carga financiera y reducir el tamaño del Estado, para ese análisis y razonamiento, solo la economía es útil, pero el tradicional orden de ingeniería social encajado en la relacion de la política con el petroleo, privaba -inclusive hoy- y dice que el petróleo es del Estado y su objetivo, el de PDVSA, es generar ingreso fiscal y a cualquier costo, ello ocurriría a los largo de 45 años.
El tamaño de la renta petrolera generaba superávits fiscales, en 1973 se reformaron las leyes fiscales para poder redistribuir políticamente en el senado con mayoría partisana la distribución del “excedente” que restaba más allá del presupuesto de ingresos y gastos del gobierno, el nivel de endeudamiento era bajo, su explosión llegó cuando PDVSA y el petróleo constituyeron el poder monopólico del Estado sobre el petróleo y sus economías.
De ese periodo comprendido entre 1959 y 1975 se llevó a cabo la nacionalización y estatización del petróleo, el primer gran mito surge de esta realidad financiera de un Estado en un país con menos de 10 millones de habitantes, el volumen de petróleo per cápita y el precio en ascenso desde los sesenta y setenta hizo creer al Congreso, políticos en general y gobiernos que el mejor paso adelante era nacionalizar y así obtener más recurso petrolero fiscal, el país crecía en población la presión sobre la política era ponerle la mano al petróleo lo más rápido posible.
En esos tiempos se parecieron muchos a los de finales de los noventa y comienzos del año 2000 con el fenómeno político nacionalista de un militar que optaba la presidencia ya no por plomo sino por votos. De inmediato y después de la nacionalización en 1975 las cosas fueron cambiando, el capitalismo desaceleró su crecimiento, el petróleo disponible en recursos y reservas era más costoso – el costo de producción crece inversamente a la viscosidad -calidad- sus costos son cuatro veces mayores a los líquidos y maduros que se han ido agotando rápidamente.
La población crecía a ritmo superior al 2% anual, la inversión requerida era mayor y se necesitaba tecnología que PDVSA no tenía y 70 años produciendo petróleo guarapo no serían al infinito, los costos crecieron y en los últimos 20 años una revolución decidió utilizar el ingreso petrolero -léase renta en posición marginal decreciente- además de la acumulación de una inmensa deuda con el ingreso petrolero cayendo, se creó un serio problema de agotamiento y declinación en yacimientos, adicional a costos de producción crecientes -los petróleos pesados y extrapesados.
Así en los últimos 25 años, la renta petrolera caía, en términos reales, el ingreso petrolero no crecía porque la industria petrolera en propiedad del Estado se hacía inviable debido a la presión fiscal la colocó a merced de la política lo cual trajo grandes colapsos y quiebras crecientes, a un ritmo superior que se cruzó rápidamente hacia finales de la primera década del 2000 en un conocido fenómeno económico que solo la economía comprende, el decrecimiento marginal de rendimientos, productividad, utilidad, ingresos, renta, ganancias…llegó la crisis fiscal el colapso petrolero y una crisis financiera que será difícil de atajar.
El fondo se toca cuando el ingreso petrolero no paga el crecimiento del Estado, la crisis financiera en el sector público ha sido terminal, todo eso que se pueda vender habrá que hacerlo y rápido. Habíamos llegado al límite, la renta petrolero es cero, y el déficit fiscal y el tamaño de la deuda impedirá el ingreso de nuevos flujos dado no solo al coeficiente o parámetro de riesgo, el negocio petrolero colapsa, no será viable, una enorme deuda, y grandes compromisos con socios y otros asociados, en otras palabras un país inviable, empobrecido por el socialismo, tendrá que revertir su camino, y las decisiones para ellos serían fiscales…recordemos el caso Rusia en 1989 con el mega crisis fiscal -similar a la venezolana- con lo cual halaron el mantel y toda la quincallería de cristal se quebró…
Todos esos fenómenos y la racionalidad de los actores económicos no pueden ser analizados bajo el orden de la ingeniería social, nada sobra, todo falta, es el juego desde el momento en que se monopolizó el petróleo en poder del Estado, con respuestas científicas, sin desalambrar su racionalidad económica sino se apela al análisis económico y este exigirá de inmediato -como requisito económico institucional- un movimiento entre pasivos y activos del Estado -privatización masiva y que ninguno de los grupos políticos, tanto en el gobierno como la oposición lo desean – especie de consenso nacional- pero la realidad economica lo expresa sin complejos, el objetivo debe sr la disminución de la carga financiera y reducir el tamaño del Estado, para ese análisis y razonamiento, solo la economía es útil, pero el tradicional orden de ingeniería social encajado en la relacion de la política con el petroleo, privaba -inclusive hoy- y dice que el petróleo es del Estado y su objetivo, el de PDVSA, es generar ingreso fiscal y a cualquier costo, ello ocurriría a los largo de 45 años.
Así un análisis de costo beneficio requiere viabilidad fiscal y monetaria, la reforma fiscal para crear un estado barato y un capitalismo emprendedor, y enterar al socialismo, privatizar la industria petrolera, reformar la constitución o cambiarla y reformas cientos de leyes para hacer crecer la economía en manos de privados, y sabemos los economistas que el Estado no produce riqueza (A. Smith sic) y comenzar a privatizar servicios públicos, no hay fondos fiscales no hiperinflacionarios que permitan pagarlo, salud y universidades al mercado, es obligatorio.
El medidor económico de ese sistema de distribución desde el punto del análisis económico define el volumen de renta per cápita adicional al volumen de inversiones por barril a producir, sobre el leit motiv de un entorno denominado PetroEstado que solo pudo estirar en el tiempo el flujo de caja de la operadora, acudiendo a una deuda que llegaría a unos doscientos mil millones de dólares ($200.000 Mill) en unos veinte años. El colapso financiero, industrial y económico del negocio petrolero ha dado la señal final, el negocio en manos del Estado no tiene viabilidad económica.
Las reformas legales borraran del mapa las penalidades existentes hoy en el marco jurídico que existe para hacer economías privadas, que deciden la penalización de la actividad económica privada. Una reforma monetaria que dolarizaría (en base a las monedas valutas, euro, dólares, yen, libremente, y si el Estado quiere hacer su moneda, no habrá dinero de curso legal; en todo caso si la isla esta llenas de ladrones no harán falta allí los policías…Cada conjunto de políticas estaría dirigido a desregular, privatizar, modernizar un rule of law que permitirá que el capitalismo entre por la puerta grande, abstenerse desde los gobiernos la idea vieja que busca tutelar el crecimiento del capitalismo, olvidarse de eso, mercado, precios y libertades son absolutamente necesarias, la teoría económica y el análisis económico tiene triunfos al respecto como arroz…
De esta manera, y marginalmente en el final de una historia, sin acceso al capital, con inversionistas que ya conocen que el marco jurídico y el rule of law son para cualquier cosa menos para hacer economías, y un costosísimo flujo migratorio negativo, sin capital humano para crecer económicamente hablando, sin rule of law, y en medio de la dimensión Estado Fallido como al garete en alta mar, la economía tiene por defecto ventajas competitivas para sacar el muerto del foso.
La presentación contenida en esta nota nos dirá por qué ocurrió el colapso petrolero, será documentos en mi blog y en mi website. Los aprendizajes del actual problema son fundamentales para inducir crecimiento, pero se requerirá que el desorden de la organización MUD tanto como desde la hiperinflación y de un liderazgo político que abandone su condición de pranato político y cree el entorno de progreso, bajo mercados competitivos, y libre precios y un Estado que se reduzca únicamente para formar anillos de defensa.
La situación del petróleo venezolano se comprende y se discute por sí misma por la pérdida de capacidad y competitividad en el mercado internacional, lo cual les dio a los crudos extrapesados el dominio en términos del volumen existente como recurso y reservas en el subsuelo, pero las condiciones se agravaron en los últimos diez años dada la caída de la producción de crudos extrapesados provenientes de la FPO (Faja petrolífera del Orinoco). Así pesados y extrapesados configuran más del 95% de la producción bajo colapso. Los maduros y ligeros mantienen una indetenible velocidad de agotamiento, fenómeno si se quiere natural conociendo que Venezuela tiene más de cien años produciendo petrolero. De todas maneras, en este plano de agotamiento de unos y caída de la producción en otros operan factores físicos geológicos, políticos y desde luego económicos,
La pérdida de competitividad es acompañada por la crisis y el colapso de una industria de una empresa en default que arrastra una deuda que no puede pagar, la única opción válida es su privatización y con los proventos recibidos en las subastas cancelar los pasivos y transferir a los nuevos dueños una industria limpia. Hasta ahora los mercados se expresan renuentes a regresar a Venezuela, con tres nacionalizaciones y una veintena de juicios en las cortes internacionales mantener el PetroEstado sería otro gran error como lo fue la nacionalización en 1975.
Se agregan a la pérdida de competitividad en crecimiento de los costos en los últimos veinte años, estos han crecido hasta más de cuatro veces el costo que se registró en 1999-2004. El otro factor del lado de la demanda es la poca demanda por petróleo extrapesado, sobre todo en un mercado donde petróleos aparentemente en el mismo costo de producción son petróleos de mejor calidad, como los shale oil americanos y en otros territorios.
En consecuencias por primera vez en la historia petrolera venezolana, las decisiones para invertir provienen del análisis económico de costo beneficio, los experimentos de la ingeniería social de cien años han terminado; el costo de oportunidad domina la demanda y oferta del petróleo venezolano, es mi conclusión después de 20 años de estudio detallada, tanto en lo físico geológico como en lo económico.
La presentación en esos videos asume el análisis económico de costo beneficio, los costos generado por el mecanismo de captura de renta, y los costos y beneficios que genera un esquema de mercado, de propiedad privada, ello permite separarse de la ingeniería social que ha sido el mecanismo de distribución del ingreso petrolero que ha prevalecido desde 1959 – 1975 y donde el único factor tomado en cuanta ha sido la distribución entre el costo de producir y beneficios de sus asociados al Estado en el negocio, con el supuesto que la renta del petróleo es/era superior a los costos y beneficios, consumo e inversión del excedente del ingreso -renta- que pagaba esa distribución de costos, beneficios e inversiones de orden económico.
El medidor económico de ese sistema de distribución desde el punto del análisis económico define el volumen de renta per cápita adicional al volumen de inversiones por barril a producir, sobre el leit motiv de un entorno denominado PetroEstado que solo pudo estirar en el tiempo el flujo de caja de la operadora, acudiendo a una deuda que llegaría a unos doscientos mil millones de dólares ($200.000 Mill) en unos veinte años. El colapso financiero, industrial y económico del negocio petrolero ha dado la señal final, el negocio en manos del Estado no tiene viabilidad económica.
A esa conclusión hemos arribado. Uno de los aspectos a investigar ha requerido hurgar en la historia económica para definir las decisiones políticas y sus raoznes que por una siete décadas montaron el credo petrolero como el Tótem de la felicidad del ciudadano, un país rico por tener en “abundancia” algo de la naturaleza que no había que trabajar como si fuese un bien escaso en un mercado, el error tuvo efectos de largo plazo, como diría J.M. Keynes ”…en el largo plazo todos estamos muertos…” . digamos que algo similar pudiera estar ocurriendo.
El país fue ideologizado a que el Estado era el mejor distribuidor de los frutos de la tierra, del subsuelo, de la mar y del espacio…generaciones enteras tuvieron que esperar que tal sentencia fuera una falacia que algunos grupos de interés desde el principio, tenían otros incentivos para llevar a cabo la historia por unas cuatro o cinco décadas.
Otros documentos sobre el tema diferentes enfoques:
A. Será que podemos generar una industria petrolera competitiva? Ni roja ni azul
B. Tragedia de los «commons» y el petróleo en Venezuela, la verdadera historia de una muerte anunciada. El Estado y los “commons”: derechos de propiedad difusos.
C. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL PETROLEO
El PetroEstado y una industria en quiebra ENSAYO