A PRIVATIZAR EL PETROLEO, DEL SUBSIDIO A LA POBREZA EXTREMA QUE SE CONSUMIRA EL COSTO DE IR A TRABAJAR
El venezolano sin ingreso para pagar un precio de equilibrio, el gran problema
La gasolina se acabó, el racionamiento es extremo, la opinión publica refleja el hecho más a un problema industrial del colapso de las refinerías, siendo esta una media verdad, el origen de la escasez de la gasolina la encontraremos en las economías del petroleo o petróleos que se habían producido en Venezuela. El gobierno perdió el incentivo de invertir en las refinerías porque que cada barril de gasolina vendido con subsidio, le extraía de la potencial renta del petroleo el beneficio fiscal que ha sido el objetivo y el incentivo de la política, repartir la renta según sus horizontes político-partidista y desde luego personal, fenómeno que ha sido parte del neopatrimonialismo venezolano.
La secuencia que trajo escasez de combustibles.ajo escasez de combustibles.
El racionamiento desde 2009 a las refinerías tenía y tiene dos incentivos, el desvío de unos 150.000 litros diarios a Colombia para las fabricantes de la pasta de coca. No se olvide que ese fenómeno de trasvasar gasolina para el mercado de la coca es anterior a la llegada del chavismo, estos quizás se quitaron la mascarilla del pudismo, y entraron de lleno en el negocio.
El segundo incentivo era reducir la inversión para aumentar la renta fiscal petrolera que venía cayendo por raoznes de agotamiento y declinamiento -fenómenos que era ampliamente visible en los campos y que luego saborearíamos el violento crecimiento del Estado empresario en el enorme desequilibrio fiscal para finales del 2012 en un déficit que remontaba al 30% del PIB, que tomaba cuerpo en la caída de la produccion del commodity, lo que a la postre está en el core del colapso de la industria petrolera venezolana.
Asi llegamos al origen de las cosas, su final, si es que podemos citarlo de esa manera, la quiebra de la industria petrolera se sentiría con escasez al consumidor de manera abrupta como todo colapso económico. Ese proceso ha corrido por unos 15 años continuos, entre política, economia y la realidad física del recurso y los proveas de convertirse en valor intrínseco encontraremos la respuesta a la pregunta, ¿dejaría Venezuela de ser un pais exportador masivo de petroleo?
Por lo general los politicos llevan a la Constitución bienes mal-llamados públicos, educación, salud, seguro laboral, y viene desde España hasta Chile. La nueva -1999- constitución hizo lo impensable, Constitucionalizó el petroleo, este será en lo sucesivo un recurso que produce solo renta fiscal, y solo será explotado por el Estado, el mercado no tendrá nada que ver, el gobierno en representación del Estado convertir todo al dólar producido por el petroleo como ingreso fiscal, del petróleo saldréis todo, viviendas, reparto redistributivo diverso en el marco de la actividad laboral, el empleo es parte del pedimento de derechos.
La Constitución de 1999 y el masivo endeudamiento. ¿Dónde fueron esos reales?
Lo único que esa Constitución no tiene es la fecha en que esa industria eventualmente colapsaría. No lo decir, pero era visible que la concentración de los incentivos fiscales en la industria petrolera y en los mecanismos de captura de la renta, era previsible diagnosticar y así lo hicimos en el propio año 2000, al revisar las obligaciones fiscales redistributivas que serían gasto fijo del gobierno, independiente de los volúmenes de ingresos que pudieran financiar esos gastos, se podía después del estimación de gasto e ingresos en un periodo de diez años, pronosticar que el camino es hacia el colapso, cosa que tenía una potencial fecha en 2012.
No teníamos en nuestros números las pérdidas fiscales -financieras- de los fondos soberanos creados por el Gobierno de Chavez donde se refugiaban los reales del petroleo, un banco grande americano y conocedor de las finanzas latinoamericanas país por pais, adelantaba que la crisis financiera del 2007 -2008 habría generado perdidas a Venezuela ente $37000 y $50.000 millones de dólares. El masivo endeudamiento de PVDSA entre 2008 y 2011 parece dar la razón a las grandes pérdidas causadas al ahorro fiscal, Chavez engolosinado con los juegos financieros entro al mercado colocando en activos de comportamiento especulativo una buena cantidad de petrodólares.
En los días del referéndum a la nueva Constitución, un traje a la medida de un Dictador Benevolente en 1999, era previsible proyectar y pronosticar que estábamos entrando en la ruta que nos llevaría al colapso de la industria petrolera, al punto donde el país cuyos ingresos fiscales petroleros pagaba las dos tercios del Presupuesto el Rey se sentaba en el pote de renta del petróleo -Art. 12- no muy diferente al que había venido ocurriendo desde la nacionalización del “petróleo” en 1975.
Las reglas del juego petrolero, LOH
La Ley Orgánica de Hidrocarburos -2002– sería el epitafio de ese proceso de constitucionalización del petróleo bajo un proceso de captura ex ante de renta definida por la Constitución como ingreso fiscal integral del Estado, contenido entre otros en el Art. 12 de esa Constitución vigente y del cual hemos venido trajinando desde entonces mientras los jurisconsultos y constitucionalistas aun no lograban comprender el fenómeno económico de naturaleza fiscal según el cual la Constitución define como ingreso fiscal de origen, deshojan la margarita en hacer el muñeco constitucional del petroleo y las restricciones económicas que ello genera, al otorgarle al Gobierno los derechos plenos de uso, disfrute y disponibilidad, el derecho de vaciar la renta del petróleo como vaciar la renta del petróleo en el Tesoro.
Porque tanta deuda publica emitida por PDVSA donde su justificación de esos bonos era gasto social…y lo cual se puede leer en cada prospecto de emisión de la deuda soberana emitida por PDVSA. Asi, el inmediato efecto fue abrir las puertas al endeudamiento ilimitado al no disponer de reglas que hagan el trabajo de limitar el endeudamiento. La realidad se mostró en solo diez años, como ingreso fiscal ex ante, en virtud del mecanismo constitucional de captura de la renta del petróleo. Yu todas las deseconomías o economías negativas que de ello se generaron.
El colapso petrolero sentido entre 2012 y 2013 fue el punto de llegada, según lo observado ya no era especulación de un economista, en esos años de cambio de Constitución, sino que, al ocurrir, lo haría como el reventón de lo que llamamos la burbuja petrolera; así, todo el país sería una especie de parque temático que muestra la ruina a la cual fue arrastrado por el colapso petrolero que llego en 2013.
La Ley de empresas mixtas, un fiasco anunciado
la Ley de Empresas Mixtas fue un fake porque el 95% de los socios de PDVSA en esos ventures eran y son empresas estatales, ergo no hay nada de mixta, Otras leyes siguieron, como cruces en el camino, la LOH, expropiaciones y nacionalizaciones de ventures entre PDVSA y empresas petroleras estatales internacionales, trajeron la Ley de Empresas Mixtas; alzas en los impuestos al petroleo y regalías en medio de precios crecientes, el gobierno, entre el BCV y el Tesoro -endeudamiento- el Gobierno y el Estado inflan el ingreso petrolero simultáneamente con masivo endeudamiento -ingreso petrolero ex ante– en paralelo a la propia renta del petróleo, el Estado en doce años era convertido en un obeso mórbido que controlaba siete de cada diez dólares que la economía transaba generado por la voracidad fiscal.
Ese escenario nos decía, y era evidente, que esa vorágine de gasto no se detendrá una vez que la inflación se convirtiera en hiperinflación, como está previsto tanto teórica como empíricamente lo mencionamos en 2011 que habiendo consumido la renta del petróleo totalmente y que ella dejaba de fluir en 2012, agotando rápidamente el ahorro el cual se jugaba en los mercados financieros- y el colosal endeudamiento que estrecho la liquidez tanto de PDVSA como el gobierno nacional.
Caída de la produccion y la hiperinflación: el nexo entre ambos.
La hiperinflación traída por ese desbalance monetario y productivo causado por la monetización masiva del déficit fiscal, fueron la hoz y el martillo con el cual se golpeó a la industria. Lo que ocurría como libreto era la apertura hiperinflacionaria, por caída del ingreso petrolero, el gobierno en lugar de recortar el gasto público se fue por el (hiper)impuesto hiperinflacionario, fenómeno que el hombre de a pie, aun sin procesarlo cognitivamente, llama “dinero inorgánico” bajo, su percepción que ese impuesto inflacionario era dinero sin valor intrínseco, así, el proceso de depreciación y pérdida de poder de compra bolivar traería sus sustitución por el dólar ya no solo como ahorro o protección a los ahorros y otras propiedades negocios y familia, quedando apenas como unidad de cuenta para uso electrónico, – y nocional- que identifique la moneda de curso legal, el bolivar. el BCV así lo impuso.
Como era lógico, la industria petrolera -PDVSA y otros activos del Estado e infraestructura – con flujo de caja rojo rojito, no podía pagar sus deudas, ni a proveedores, ni socios, ni cumpliría compromisos laborales con sus mercados políticos, con empleados por el Estado y sus activos comenzarían a colapsar, así entraba en posición de impago de sus obligaciones, es decir, default, el estado de cesación de pagos.
La caída de la produccion de petroleo cerró el cuadro de ruina de las refinadoras en el pais, y con este último evento se perdía una aparente cuasi seguridad energética, pese a la escasez de otras energías, en parte generada por hidrocarburos, el petróleo entre ellos, pero también el gas, ambos amarraditos de las manos, escasez y agotamiento de uno de ellos no habrá tampoco del otro. Una acotación es requerida, porque la escasez de gas o combustibles no significa que necesariamente no existan, o porque no se produzcan; si algo no lo tiene un vecino lo tiene otro y una operación de compra venta simplemente hace cambiar de manos el recurso, la mitad de los países en el planeta produce el petróleo y el gas, la otra mitad los importa.
¿Escasez o agotamiento, petroleo y combustible?
En Venezuela el agotamiento y declinamiento de la producción de petróleo se extiende al gas, pese a que lo contiene en el subsuelo, aparentemente en volúmenes considerables de ambos recursos, pero su valor intrínseco es cero ¿Porque no se producen? esa quizás sea la primera pregunta. La tarea fácil, después de una evaluación a fondo de esa realidad, converge en una especie de enfermedad que padecemos desde hace décadas, pero que se iría sintiendo en la medida que los anticuerpos fueran desapareciendo. Los anticuerpos de la escasez son interesantes instituciones invisibles, precios, mercados libres, libertades económicas, todos acompañados de un natural proceso de desregulación de esa industria, de desestatización, fenómeno prohibido para el venezolano que concibe al Estado como su Tótem hoy paga sus pecados con furia del Estado.
Quiso el constituyente de hace muchas décadas, así como lo hizo el del 1999- que el recurso fuese de propiedad -difusa- del Estado, y por ello toda la renta del petroleo en poder del Gobierno, En ese esquema institucional, el gasto público alimentado en las dos terceras partes por el ingreso fiscal petrolero, seria fuente infinita -hasta agotarse- fuese derroche, corrupción, mala asignación de recursos, desinversión, del ingreso que lo sostiene, incluyendo el endeudamiento de hoy y de mañana, y que todo eso reales se repartieran aguas abajo en esquemas redistributivos, sin ninguna racionalidad económica, la cual estaba enajenada en virtud de la propiedad en poder del Estado/Gobierno.
Descapitalización y empobrecimiento
Así el destino de esos ingresos fiscales colapsaron la maquinaria industrial, las finanzas, el capital humano, y por ese camino se agotó la gasolina y el gas, ya no los producimos, por supuesto y por ello tampoco producimos el petróleo crudo, no habrá el refinado, sus combustibles, bienes terminales, en conjunto ello nos dijeron que habíamos llegado al final de un largo camino de empobrecimiento que comenzó con la nacionalización del petróleo en 1975, proceso que garantizó que la renta petrolera iría desde ese momento a financiar el costo del Estado que este crecía al ritmo de gasto recurrente,; es decir, a financiar la política, así llegaría al momento de la escasez absoluta de combustibles, ni para rodar, ni cocinar, es simplemente el punto de llegada de ese intenso proceso de empobrecimiento.
Un sector pequeño de la sociedad vive de sus ahorros, las dos terceras partes no lo tienen, el Estado -Petro Estado- impidió que lo tuviera, para ser más específico, una estructura de propiedad y producción de ese recurso y convertirlo en commodity y de allí en ing reso fiscal, convertido en un aparato de dominación y poder coercitivo que operaba con los reales y opera con la violencia. Esa maquinaria de ejercicio del poder por la violencia es su esquema de gobernabilidad y financiada por la hiperinflación, ha quedado para administrar el gran volumen de empobrecidos de nuestra Venezuela.
¿Pero, cómo hace esa masa de indigentes y pequeños ahorristas para sobrevivir dentro del país? No lo hará por largo, hemos llegado al síndrome cubano, escasez plena y continuar, no producimos, y no hay volumen de reservas internacionales que pudiera animar a importar bienes y combustibles. A esto se agrega una razón aún más sencilla, nadie le fía ni presta a Venezuela, deuda y pobreza son sinónimos, es nuestro presente y futuro, momentos que van de la mano, a nuestros sitios de sobrevivencia y trabajo. La pregunta inmediata dice ¿Y cómo salimos de esta?
La desregulación como solución, empobrecimiento absoluto: atrapado sin salida
El gobierno, que no gobierna, sino que reprime, sin crédito en el exterior no le queda otra decisión que desregular el mercado de los combustibles. Desregular en términos del funcionamiento de la economía es sinónimo de privatizar, trasferir de la estructura estatal de produccion hasta la comercialización de esos bienes: es decir, no sería el gobierno quien importe el combustible, sería el capital privado en un mercado abierto. En este punto emerge otra pregunta en la misma secuencia de cambios y reformas institucionales, la libertad de mercados creando un ambiente competitivo requerirá precios libres.
Esta dimensión de libre mercado introduce competencia, lucro, derechos de propiedad, componentes básicos en una economia, a los cuales son alérgicos a la clase política, desde el gobierno hasta los grupos opositores cuyo comportamiento al respecto es idéntico. El cambio de la decisión del Estado al mercado es la libertad económica, institución económica que no compra la política venezolana representada hoy en la AN y en el Gobierno, dado su satisfacción pecuniaria generada por el poder rentista que toma forma de corrupción, y esta va desde el comportamiento “rent seeking´ sin compensación social ni arbitraje hasta la simple apropiación de los recursos ajenos a su dominio.
De esta manera, una desregulación del mercado que permita el funcionamiento normal y abierto extrañará el mercado negro que favorece al rentista y al político, desde la importación, partiendo del principio que la produccion de combustibles en Venezuela, podría ser o no el resultado de producir la fuente de la energía, en caso de ser posible, o de su importación, o ambas operaciones. La mañosa clase política, coaligada para los efectos, trataría de entrar en el negocio a como dé lugar, después de todo lo viene haciendo por via redistributiva desde que se produce el petroleo en Venezuela hasta la corrupción directa y sin pena desde la creación de PDVSA y monopolización del negocio petroleo.
Esa es la primera parte de la desregulación, y ello debe ser legislado, ello nos llevara al problema de fondo las consecuencias sociales y económicas de la grotesca contracción que ha atrapado a la economia en los últimos doce años, la cual se ha reducido en una quinta parte del tamaño –aunque a la fecha sobrevaluado por sus sistema de control de cambio que impedía divisar que la economia no crecía en términos reales- por el aniquilamiento por agenda socialista de la economia privada, la sustitución por parte del Estado de sus centros de producción y distribución, y el crecimiento nocional del Estado, el cual se ha extendido hasta ocupar las dos terceras partes de la economia nacional, medida en producto nacional bruto.
Empobrecimiento, gasolina y costos de transporte
La contracción de la economia y el colapso d la industria petrolera, han logrado en consecuencia disminuir el ingreso per cápita a niveles de salario mínimo para el 75% de la población, y a lo cual se agrega uno de los momentos de depresión socio económica más terribles en el mundo, el masivo flujo migratorio de unos diez millones de habitantes según cifras no oficiales desde los países donde se encuentran refugiados o migrado esa masa de población. Ese fenómeno de una balanza migratoria negativa es el mejor indicador de la expansión de la pobreza hacia el campo, con aparición masiva de economías de subsistencia, lo que refleja el reverso de la historia de urbanización a la vuelta al terreno en búsqueda de condiciones de sobrevivencia.
El empobrecimiento en las ciudades, lo conocemos desde hace década, ha sido parte de la limitación de las libertades económicas al comienzo de lo que llaman periodo democrático en 1959, con la formacion de grupos humanos masivos de ciudadanos que se orillaron y marginaron de la economia, al Estado asumir la propiedad de bienes, recursos naturales y pegarse de una renta generada en el mercado internacional con las exportaciones de petroleo. Esas serían las condiciones socioeconómicas, además del destruido parque automotriz construido sobre vehículos de alto consumo por rezagos tecnológicos, el masivo desempleo que alcanza ya el 50% de la población activa, con una población crecientemente de pensionados por cambios estructurales demográficos en la transición y con niveles de subsistencia dado el tamaño del salario mínimo que no alcanza los 12 dolares y a quienes le tocaría pagar el combustible via transporte a precio de mercado internacional.
El punto de equilibrio del precio de la gasolina es el precio internacional, su costo de oportunidad, y eso es correcto, pero el mercado venezolano en términos de ;poder de compra de su moneda y por empobrecimiento continua durante más de una década lo deja descolgado e incapaz de pagar cuatro pasajes diarios en transporte colectivo y corre el riesgo que su salario mínimo se lo consuma el costo de transporte y no pueda alimentarse, y ese es el verdadero problema en el cual el socialismo logro meter a más de las tres cuartas partes de la población,
Gasolina: precios y costos en transporte para ir al trabajo: algunos números
Como resolver ese conundrum, cuando el gobierno que viene de tres años financiando y ajustando los salarios mínimos con hiperinflación, es decir, con el debase del bolivar -depreciación continua- del poder de compra del bolivar, la moneda de curso legal. Quienes devengan salarios en divisas, entre $100 y $250 gastaran en transporte el 30% de su ingreso, la gasolina fue convertida en lujo por la Revolucion del socialismo…ese es el problema de fondo…como resolver el conundrum que el costo en transporte para ir al trabajo no alcance para alimentarlo.
¿Y a qué precio se alcanzarán esos combustibles? Y no habiendo salida al subsidio de la gasolina ni financiamiento de ningún tipo excepto el flujo de dinero hiperinflacionario utilizado por el gobierno para monetizar el salario mínimo y sus bonificaciones tendrán que enfrentar la desregulación de los combustibles, liberando esos mercados para generar la magia de la reaparición del combustible y desregular su mercado de combustibles, con la privatización, medida desreguladora que no será facil para un gobierno convertido en una estructura de reparto con recursos hiperinflacionarios únicamente representado en un déficit fiscal que sobrepasa el 50% en términos del PIB. Veamos algunas aproximaciones en términos de costos y salario mínimos para el ciudadano que se levanta a las 5 am y regresa al término del día con multiuso del transporte colectivo.
La respuesta es simple, pero el proceso de empobrecimiento es tan intenso que los números naturales que medirían los precios de los combustibles nos dicen que un salario mínimo llega a los doce dólares y en una familia de seis personas trata de sobrevivir con dos salarios mínimos, más el rebusque. En ese sentido un litro de gasolina a precios de hoy -mercado internacional- de $ 0.46 -céntimos de dólar- bajo esos supuestos, estimamos que la misma familia del ejemplo arriba, podrá adquirir y-consumir como pasajeros de un bus, alrededor de 10 litros de gasolina en el mercado, es decir, un precio similar al precio que en el mercado internacional -nadie lo podría subsidiar, quizás el narcotraficante- requeriría un transportista en Caracas, para un gasto de $35 diarios en combustible y a un trabajador con un gasto mensual de $8 dólares en transporte.
Todos, medidos en costo de combustible, sin considerar el costo de mantenimiento de la unidad de transporte ni la natural ganancia del trabajador que maneja un vehículo que se deprecia a una gran velocidad y que desde luego mantiene su familia., un pequeño empresario o trabajador que se empobrece a la velocidad de la revolución, más allá de lo que tenga que hacer para estirar la gasolina que le lleva su viejo trasto con motor envejecido.
El transporte debajo del sol: a caminar o en la caja del camión.
He preferido hacer los números en términos de costo de combustible únicamente para poder medir lo que era mi objetivo, que el empobrecimiento generado por el crecimiento exponencial del gasto público del Estado/Gobierno en estas tres décadas ha generado una pobreza absoluta cuyo salario mínimo (el ingreso del 75% de los venezolanos) estaría entre 10 y 12 dólares por mes. Los números de empobrecimiento causado por el Petro Estado, el Estado dueño y productor del petróleo, han llegado al límite de la sobrevivencia y el hambre en los cuales el salario del trabajador no alcanzara para transportarlo de su casa al centro de trabajo, sea la calle o una factoría o un comercio.
La estimación de gasto (uso de combustible por costo de transporte nos permite graficar dos extremos, aquel que nos dice que el desempleado que se queda en su casa, además de morir de mengua, podrá comer un salario mínimo que no gana -por desempleado- y quien logra ir al trabajo, su salario mínimo solo pagara el transporte, también morirá de mengua, es el futuro de quien necesita pagar combustible para ir a trabajar como quien no lo tiene, su historia y futuro es el mismo, morir de mengua ambos en burro, bicicleta o autobús.
Como se puede observar, todo nos indica que el grado de empobrecimiento del venezolano ha llegado a los extremos que no tiene bolivares para comprar gasolina subsidiada por la hiperinflación y tampoco tendrá dólares porque entocnes no podrá comer, el falso dilema, es o comer o ir a trabajar en transporte de siempre, en ambos casos, la vida pierde sentido vivirla, sería la conclusión de un vecino de cualquier vereda una ciudad o pueblo venezolano. Al final de esta reflexión, concluyo de manera barroca, los dos grupos de venezolanos vivientes, las clases medias que migraron y adultos que no podían acompañar a sus migrantes hijos, saben que la gasolina se privatizaría -desregularía- para que exista en las estaciones que la sirvan, a precios de mercado internacional.
El ciudadano de a pie humilde con ingresos entre uno y tres salarios mínimos, no tendrían alternativa, posibilidad de transporte casi ninguna, ir a trabajar o quedarse en su casa no lo hace competitivo a la hora de ir al mercado por alimentos, teniendo el mínimo salario, sus condiciones de vida serian iguales, por debajo de los límites de sobrevivencia. El trabajador está obligado a caminar, o pagar un precio para el cual no tiene ingreso. Esta descripción nos coloca en un pais difícil de compararlo en el mundo, unos irán rodando en sus vehículos, los sectores medios decadentes y empobrecidos y los otros irán caminando o en cuatro extremidades de alguna bestia que decida cargar con su dueno.
Como se puede observar el “problema” de la gasolina, obedece a una seri de factores, algunos de ellos provenientes del colapso de la industria petrolera, son parte del problema por agregación, otros factores realmente exógenos dicen que independiente de la eliminación, por -defecto del subsidio, repercutirán en el deterioro de la propia industria, el usuario, colosalmente empobrecido por la severa contracción económica presente desde hace unos diez años, en conjunción con la hiperinflación, el venezolano llego al fondo de empobrecimiento, no le quedaría otra que pagar el servicio al precio que permita pagar el combustible en el costo del pasaje a su sitio de trabajo.